“Vivir en el Aquí y ahora “
El malo, el bueno y el feo: el pasado, el presente y el futuro ¿Dónde estás cuando no estás? ¿Qué crees que pasa cuando solo está tu cuerpo en el presente? ¿Quién va a devolverte el tiempo que no estuviste en el aquí y el ahora? Aquí yace… vivió 99 años, de los cuales solo unos pocos consiguió estar presente. Te pasas media vida invirtiendo en tu futuro, preparándote para lo que te espera, pensando en si tendrás trabajo o lo perderás, si amarás o te abandonarán. Te inculcan ser previsor y planificador, el valor de pensar en el mañana en cada
paso que das, de modo que una buena parte de tu presente la dedicas a pensar en lo que vas experimentar dentro de unos años.
Ahora que has conseguido esto, piensa en lo que vas a conseguir después,
ve pensando,
ve adelantándote…
En realidad, lo que subyace es «ve saliéndote otra vez del presente, que no hay tiempo de estar en el aquí y el ahora»
Después, llegas al último tercio de tu vida y te sorprendes a ti mismo con frecuencia enganchándote a tu pasado, rememorando cuando podías hacer tal cosa, cuándo aún tenías las fuerzas para tal otra o cuándo cualquier tiempo pasado fue mejor.
Qué pena que ya no puedo…
Lo de antes sí que era bueno,
Lo que daría por volver a …
Y de nuevo, lo que en realidad subyace es «ve saliendo otra vez del presente, vete a otro tiempo, aquí ya no hay nada que hacer. No se te ocurra estar presente»
De esta sutil manera te pasas prácticamente la totalidad de tu vida desviando tu atención hacia el pasado o el futuro.
Y mientras, tu calendario, implacable, ha seguido avanzando y la vida ha seguido su curso. “¿Dónde ha estado el presente que no me he enterado?”- piensas
¿Dónde está tu presente?
Y es que el presente, la vida real, es lo que pasa mientras sigues ensimismado en el pasado o te anticipas al futuro.
El presente siempre está contigo, de hecho es el único que verdaderamente existe. Pareciera que solo lo sientes cuando tu adrenalina se dispara, pero no lo dudes, siempre ESTÁ, porque siempre ES.
Pareciera que solo las emociones intensas te lo hacen notar, cuando en realidad sigue ESTANDO Y SIENDO cuando enmudeces, cuando dejas que todo transcurra tal cual es, sin resistencia, sin juicio, sin metanálisis.
¡Vuelve, estás aquí y ahora! Te dejo con uno de esos cuentos de la India que te hacen reflexionar sobre cómo estás enfocando tu vida: ¿se te está escapando algo, o por el contrario te la bebes a pequeños sorbos? Escucha esta historia:
Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo:
Me han dicho que tú eres sabio… Por favor, dime ¿qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las personas?
El anciano le contestó: cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.
Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido.
Yo no lo creo así, le replicó el anciano. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar.
El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minutodel milagro de la vida.
Como apuntaba el sabio, puedes estar convencido de que tú sí vives el día a día, pero una mirada más profunda puede delatarte.
Observa cómo es relativamente fácil sorprenderte a ti mismo alejándote del momento presente. El ritmo vertiginoso de la semana y el estrés, te empuja a la acción polifuncional y acabas llevando a cabo diversas tareas a la vez.
Tú puedes irte de vez en cuando del presente o vivir más fuera que dentro de él. Solo con consciencia puedes empezar a escoger.
Cuestionario de atención plena
Hagamos una pequeña autoevaluación para que seas más consciente de tu nivel de consciencia:
¿Te cuesta mantener la atención en una sola tarea, viviendo predominantemente en formato multitarea ?
¿Tienes la sensación de estar perdiéndote el día a día de alguna manera?
¿Te resulta complicado sentarte sin ninguna finalidad?
Mientras realizas una actividad, ¿sueles estar pensando en la que viene a continuación?
¿Te descubres a ti mismo con frecuencia fuera del momento y tienes que obligarte a volver de vez en cuando?
¿Te provoca ansiedad anticipar situaciones futuras que después ni siquiera llegan?
¿Crees que le das muchas vueltas a lo que ocurrió en el pasado, repasando una y otra vez las escenas vividas?
¿Ves algunas fotos tuyas y te cuesta reconocer el momento, como si no hubieras sido plenamente consciente en aquel entonces?
Tips para estar más en el aquí y el ahora Si respondiste afirmativamente a algunas de las preguntas del cuestionario anterior, es que el presente se te está escapando y apenas te das cuenta. Puede que ni siquiera antes hubieras sido consciente; puede que lo fueras, pero no has tenido herramientas suficientes para anclarte en el aquí y ahora. ¿Sabes cuál es el mejor momento para entrenarte en estar más presente? Sí, ¡lo has adivinado! El mejor momento es ahora, y el mejor lugar es aquí. Aquí te dejo algunas ideas para entrenarte en ello: #Siente más, piensa menos Intenta disfrutar con todos tus sentidos de una experiencia (una comida, un atardecer, un sonido, una textura, un paisaje, un movimiento de un objeto, etc.), sin valorarla o pensar sobre ella, simplemente siéntela. Tenderás a juzgarla, a valorarla. Oirás como tu cerebro emite alguna opinión al respecto. Déjalo estar, es al costumbre. Puedes estar sentado en un banco y vivir ese momento de forma más consciente, participando con todos tus sentidos: lo que escuchas, lo que hueles, lo que ves, lo que tocas, etc. Y si te escuchas a ti mismo decir «¿Y ya está? ¿Solo esto?, entonces pasa a la recomendación siguiente. ¡Vuelve al presente, y no analices más! #Vuelve Cuando te sorprendas a ti mismo rebobinando una escena de tu pasado, piensa realmente lo que estás dejando de vivir en ese instante por retrotraerte a algo que ya no está y que no se puede modificar. Vuelve a tierra, lo que ocurre aquí y ahora es lo único real, el resto ya no existe. Permítete irte y volver. Simplemente redirige tu foco de nuevo al instante presente, sin más. #Vive además de planificar Ponerse objetivos e invertir un tiempo en planificar los pasos a seguir para su consecución es un aliciente para el cambio y la evolución, sin duda. Sin embargo, no te olvides de disfrutar en el proceso, empieza a pasártelo bien desde el minuto uno en el que diseñas el boceto de lo que vas a vivir dentro de un tiempo. Procura que tu presente tenga un sentido por sí mismo, que no se convierta sólo en un medio para alcanzar algo futuro. Cada día tiene su función, y no se trata de gastarlo, sino de invertirlo y sacarle provecho. La mente es un recurso prodigioso que no tiene que utilizarse continuamente. #Conecta con tu emoción presente, sea la que sea A veces tendrás que pasar por un periodo complicado. Puede que te toque sentir dolor, rabia, tristeza o miedo. Puede que tiendas a evitar esa emoción, negarla o incluso concentrarte constantemente en cuándo dejarás de sentirla. Déjala estar, piensa que tiene su razón de ser y alguna función o aprendizaje subyace. En cualquier caso, es el sentimiento que pertenece a este fragmento de tu vida aquí y ahora. Una emoción puede ayudarte a anclarte en tu momento presente. Si además lo que te invade es alegría, satisfacción, ternura, ilusión, etc. te será más fácil dedicarle unos instantes de consciencia. Lo que sientes hoy, aquí y ahora, es una señal de que estás vivo. #Busca un momento para hacer «no hacer» Suena extraño, lo sé, pero es difícil encontrar momentos para no hacer nada. Y cuando los encuentras, te sientes raro así, sin más, dejando que transcurra segundo a segundo y asistiendo como espectador y protagonista a ello. Pareciera como si tuvieras que hacer constantemente algo. Hasta el ocio se suele plantear como una sucesión de actividades encadenadas que dificultan la atención plena en el presente. Rescata algún instante para tu desconexión, deja que tu mente se vacíe, sin juzgarte por ello. Crea algún paréntesis que no te obligue a ser productivo, simplemente permítete estar en el mundo con los otros, tal y como tú eres, sin necesidad de hablar, realizar o expresar. Escucharás de nuevo a tu ser pensante y resistente que te sacudirá con «¡estás perdiendo el tiempo sin hacer nada!» Y podrás replicarle: «al revés, estoy ganando consciencia de ser y estar, no hay pérdida» Te dejo con un fragmento de la película “El Guerrero pacífico”, la superación personal de un joven gimnasta, con un peculiar profesor que le hace conectar con su presente y con todo lo que le rodea, incluido el mismo.
https://youtu.be/CM6dB3xLZKQ
¿Vives aquí y ahora?
tomado
@tupsicologia.com
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