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Enfermedades Psicosomáticas de la Codependencia




La codependencia como enfermedad psicoemocional presenta diversos síntomas y estos en su frecuencia nos llevan a manifestar aspectos psicosomáticos a través de Trastornos Somatoformes. Es por esto, que se determina que la codependencia es una enfermedad cuya característica principal es la falta de identidad propia, y donde el codependiente suele perder el vínculo con lo que siente, necesita y desea


Para dar comienzo a dicha explicación retomaremos signos y síntomas y después veremos como se ligan con los trastornos somato formes


Signos y síntomas de la codependencia

  • Tendencia a pensar solo en el bienestar del otro, sin tener en cuenta sus propias necesidades.

  • Un sentido exagerado de responsabilidad por las acciones de otros.

  • Tendencia a confundir amor y lástima, por lo tanto a "amar" a personas a las que pueden sentir lástima y rescatar.

  • Tendencia a implicarse con individuos con problemas psicológicos o indisponibles en el plano emocional.

  • Tendencia a hacer más de lo que corresponde, todo el tiempo.

  • Tendencia a sentirse heridos cuando las personas no reconocen sus esfuerzos o se niegan a realizar las acciones que este exige o desea controlar.

  • Una dependencia insana a las relaciones. El codependiente hará todo para permanecer en la relación, para evitar sentimiento de abandono.

  • Necesidad de aprobación y reconocimiento. Existencia que gira alrededor de las necesidades de su pareja y de su propia sed insaciable de amor, reconocimiento y aprobación.

  • Necesidad compulsiva de controlar a otros. Existe un intento de regular los sentimientos internos propios a través del control de personas, conductas y situaciones.

  • Falta de confianza en sí mismo o/y en otros.

  • Dificultad para identificar sentimientos.

  • Miedo de ser abandonados.

  • Rigidez y dificultad para ajustarse al cambio,

  • Problemas de intimidad y límites.

  • Enojo crónico.

  • Falta de confianza personal en toma de decisiones

  • Dependencia en otros y miedo al abandono

  • Tendencia a cuidar a "otros" o querer "componerlos"

  • Confusión y sentido de insuficiencia.

  • Hipersensibilidad a la crítica.

  • Rigidez y necesidad de control.

  • Búsqueda constante de aprobación y afirmación.

  • Creencia de que otros causan o son responsables de sus emociones y elecciones.

  • Aislamiento y miedo a las personas, resentimiento a figuras de autoridad.

  • Dificultad para disfrutar.

  • El codependiente tiende a sufrir por cosas por las que realmente no le corresponde sufrir, acaparando el sufrimiento ajeno que convierte en suyo, al momento que se olvida de sus propios problemas. (Beattie, 2000).

  • Aumento de intolerancia

  • Enfrenta consecuencias sociales ya que depende de la otra persona como si ésta fuera una droga y, como tal, ocupa gran parte de su vida dedicándose a cubrir todas sus necesidades y preocupándose por él. Es por ello, que a veces el codependiente se aísla socialmente de otras personas, o su comportamiento interfiere en el trabajo o en otros proyectos personales porque no les dedica suficiente tiempo.


Los codependientes presentan consecuencias emocionales: ansiedad, frustración, y tristeza cuando el otro no hace lo que él cree que tiene que hacer. Soledad y desvalorización cuando el otro no acepta su ayuda. Estas reacciones emocionales pueden dar lugar a graves problemas psicológicos, que pueden a su vez ser causa y consecuencia de la codependencia, como es el caso de la baja autoestima, los trastornos de ansiedad, depresiones, experimentar síntomas físicos como agotamiento, angustia, ataques de pánico, síntomas depresivos y alteraciones físicas producidas por el estrés, sensación de cansancio o fatiga, problemas para dormir, dolores de cabeza o musculares, hipertensión arterial y problemas digestivos, entre otros.


Es un deterioro progresivo de la personalidad, en la que el codependiente se abandona así mismo, presentándose desesperación y siendo capaz de llegar hasta la propia destrucción.

Aquí es donde aparecen los Trastornos Somatoformes (son los que tienen su origen en un sufrimiento psíquico y que se expresa por medio de síntomas físicos, en ocasiones se unen con el desarrollo de otra adicción aunada a la codependencia) como:

-Trastorno dismórfico corporal (antes dismorfofobia). Es la preocupación por algún defecto imaginario en el aspecto físico o apariencia de un individuo aparentemente normal. Si existe una leve deformación, la preocupación es claramente excesiva. Ejemplos serían la preocupación por alteraciones faciales como granos, forma de la nariz, boca, mandíbula, etc., quejas por alteraciones en los pies, manos, pechos y en general por cualquier parte del cuerpo.

-Trastorno por somatización. Se trata de la presencia de un patrón de síntomas somáticos recurrentes y múltiples que suceden a lo largo de prolongado periodo de tiempo para los que se ha buscado ayuda médica pero que en apariencia no hay ningún trastorno somático. Generalmente empieza antes de los 30 años.

-Hipocondría. Consiste en la preocupación, miedo o creencia de tener una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de los signos o sensaciones físicas que se consideran pruebas de ella. Los exámenes médicos adecuados no dan ninguna prueba en apoyo de la creencia y esta persiste independientemente de las explicaciones médicas. No obstante su naturaleza no es delirante ya que el sujeto es consciente de la posibilidad de que exagera la magnitud de sus problemas.

-Trastorno de conversión (antigua neurosis histérica de conversión). Es la presencia de síntomas o déficit no deliberados que afectan al funcionamiento motor voluntario o sensorial que lleva a pensar que existe una condición médica. La disfunción somática sugerente de trastorno físico parece ser la expresión de un conflicto o necesidad psicológica. Los síntomas no son producidos de forma intencional. Ejemplos de estos síntomas pueden ser: cefaleas, continuas enfermedades, ceguera, parálisis, anestesia, afonía, ataques, inconsciencia, sordera, amnesia, fatiga, debilidad, bolo faríngeo, dificultad respiratoria, palpitaciones, crisis de ansiedad, pérdida de peso, nauseas, hinchazón abdominal, intolerancia alimentaria, diarrea o estreñimiento, vómitos, menstruación dolorosa o irregular, dificultades sexuales, dolores, miedos, llanto, etc.

-Trastorno de dolor (antes dolor somatoforme). Esencialmente consiste en un dolor en una o más partes del cuerpo con nivel de gravedad suficiente como para buscar asistencia médica sin ningún hallazgo físico que explique su presencia o intensidad.

Un asunto importante es el Diagnóstico diferencial, es cuando se evalúa a personas con probables somatizaciones, el médico debe considerar patologías cuya aparición clínica es vaga y multisistémica. Al considerar síntomas neurológicos como parestesias o debilidad, y dependiendo del contexto, es mucho más probable una somatización que formas raras de esclerosis múltiple, síndromes miasténicos o síndromes paraneoplásicos y no será lo mismo la evaluación a una persona con dolor de pecho que haga pensar en enfermedad coronaria, ya que los pacientes con síntomas funcionales tienen igual riesgo de enfermarse que el resto de la población y la enfermedad coronaria también es la primera causa de muerte en este grupo. El médico se enfrenta con la ansiedad de equivocarse y el no reconocer esta sensación puede llevarlo a practicar medicina defensiva.

Las enfermedades con las que se hace diagnóstico diferencial son:

- Malos tratos domésticos o dentro del sistema familiar y abuso sexual.

- Trastornos adaptativos.

- Personalidad esquizoide.

- Personalidad histriónica.

- Alcoholismo y otras dependencias.

- Trastornos ansiosos y depresivos que pueden presentarse con síntomas funcionales somáticos secundarios. Hay que descartar esta posibilidad, especialmente en presuntas somatizaciones que se manifiestan después de los 40 años.


- En esquizofrenia o en depresiones psicóticas pueden presentarse síntomas somáticos funcionales que suelen presentar características bizarras o extravagantes, ser menos numerosos y más persistentes y estables.

- Trastornos facticios. Los síntomas los producen voluntariamente los pacientes, sin otro beneficio aparente que el de ser considerados y tratados como enfermos o ingresar en hospitales. Los afectados suelen presentar trastornos por personalidades disemocionales (grupo B del DSM-IV). Se presenta más en personas que sufrieron abusos o deprivaciones importantes en la infancia y en el personal sanitario.

- Enfermedades orgánicas sistémicas que cursan con una afectación general importante, como el hipertiroidismo, el hiperparatiroidismo, el lupus eritematoso sistémico, la miastenia grave, la porfiria aguda intermitente, la esclerosis múltiple y algunos procesos infecciosos o expansivos del sistema nervioso central.

- Otras enfermedades psiquiatritas, como depresión, ataques de pánico o trastorno delirante, pueden simular en una fase inicial un trastorno somatoforme.

Con base en lo antes mencionado en todo el documento me gustaría terminar con una cita de Mellody Beattie, (1992), refiere que para poder amar sanamente a otra persona, es determinante amarse a uno mismo, evitando poner en riesgo la salud física, emocional, espiritual y de la estima personal, es importante no regalar nuestra paz a todos o a cualquiera, así como tratar la codependencia en forma y tiempo para obtener una vida útil y feliz.



Bibliografía








MELLODY PIA, “La codependencia”, Editorial Paidos, 2000, España.

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